Por primera vez vivo en mi propio apartamento. Es de mi propiedad desde hace más de 10 años ya, pero lo tenía alquilado mientras yo vivía en el barco & en el campo. Ahora me toca estar aquí y por supuesto no pude aguantarme, querría transformar el cesped enseguida a un paisaje abundante, plantar, tener huerto, diseñar una vida exterior, aprovechar los recursos y los sectores que entran en mi espacio etc.
Por suerte tuvimos mucha lluvia en esta primera parte del año 2018. Por mala suerte no me dió la presión necesaria para empezar a diseñar el sistema de aguas más rápido… siempre había más tiempo, porque las plantas no mostraban señales de tener sed…
Cuándo el presidente de la comunidad me dijo de apagar mi aspersor del riego comunitario porque iban a ponerlo en marcha (y no quieren gastar en los jardines privados, ni querrían que me tome por sorpresa el chute de agua, cosa que me parece bien y correcto), empecé a pensar en el agua que necesitaría para mi diseño de jardín en el verano que estaba por venir. Incertidumbre por lo que viene por la primavera que hemos tenido, quizás puede ser muy caluroso con nada de lluvia…
Con los jardineros tenía desde febrero ya hablado que me instalarían un riego (tengo la posibilidad de conectar al agua de red) y que me conectarían los bidones que compré (reciclados, bidones de aceitunas de 220 Litros cada uno) con la idea de usar un riego por gravedad o quizás instalar una bomba solar más adelante para ser completamente auto-suficiente en tema de agua para el jardín.
Por razones X nunca llegaron a hacerlo, ni el riego automático ni conectar los bidones para recoger las aguas pluviales.
Un día en Junio 2018 dejé de esperarle a Godot y de procrastinar y me pusé manos a la obra con la conexión de los bidones y el sistema de recogida de aguas pluviales desde la bajante del techo (comunitario) que llega en mi jardín… el diseño resultante y la implementación de ello está descrito en este pdf Sistema de Recogida de Aguas Pluviales Tamarells PB-G.
Me tocó hacer ajustes al diseño a finales de verano. Por trabajo, por falta de necesidad y por pereza supongo que no llegué a hacerlos enseguida que el sistema los necesitaba. El día 9 de octubre fallecieron una docena de personas en la isla por una torrentada (Sant Llorenç). Me dió la patada en el culo que necesitaba. El agua merece ser respetado y no podría esperar más tiempo. Los días 11-12 y 13 de octubre eran para los ajustes y dejé el sistema listo para captar las lluvias siguientes. Con cariño hacia las familias de los difuntos, quizás sirve para darnos cuenta que no se deja domar la naturaleza y que hay que diseñar con ella, no en su contra (la zona que se inundó es una zona urbana que está construida en una zona de llanura de inundación del torrente, se podría haber evitado lo ocurrido).